¿Cómo identificar cuando una persona mayor ya no debe guiar y qué pueden hacer sus familiares para ayudarlos?

La llegada a la edad de oro, puede representar un desafío. Con los años, el cuerpo y la mente no se comportan igual y las destrezas de conducción podrían deteriorarse con el tiempo. Por ello, hoy conoceremos sobre la seguridad vial para conductores mayores.

A la hora de aconsejar a nuestros adultos mayores se presentan muchas dificultades. Ante todo, el respeto por su figura de autoridad en la familia puede levantar una barrera para dialogar sobre lo que se debe hacer o no. No obstante, existen maneras de identificar cuando una persona mayor ya no debe guiar. Aquí te contamos lo que puedes hacer.

Pasa más tiempo con aquellos familiares de la edad de oro, para identificar si las siguientes conductas se comienzan a ver con mayor frecuencia, y así tomar acción a tiempo: 

  1. El cuerpo: su postura y cómo camina son signos en los que debemos estar pendiente   

Para muchos hijos adultos suele ser preocupante la seguridad de sus padres, cuando aún conducen solos, a una edad mayor. No es un tema de disminuir la independencia de quienes tienen más de 65 años. Se trata de que mientras estén al volante se pueda evitar que ocurra un accidente o lesión hacia ellos mismos o un tercero.

Las dolencias en las articulaciones o rigidez muscular son puntos de partida para conocer si el adulto ha perdido destrezas para conducir de forma segura. Con las apariciones de estos indicios se debe consultar al médico, para confirmar si lo que sufre el adulto disminuye su posibilidad de seguir conduciendo de forma segura.

Una de las enfermedades que más limita las destrezas de seguridad para conductores mayores, es la artritis. Dependiendo de su avance, será más difícil girar el cuello, mover las manos e incluso reaccionar en momentos de peligro.

Pero, no todo es prohibirles conducir, encontramos algunas soluciones que se pueden considerar antes de decidir que una persona mayor ya no debe guiar. Una de ellas es olvidarse de los carros con cambios manuales. Es preferible un vehículo automático, además de tener algunas ventajas en la edad de oro, no impactará en las dolencias. 

Pero áun más importante, les puede ayudar mantener una actividad física consistente como caminar y hacer estiramientos. Esto influirá mucho en la fuerza muscular y en mayor flexibilidad para el adulto con las dolencias.

  1. Vigila estos dos sentidos esenciales: Visión y Audición

La vista y el oído son sentidos básicos para conducir de manera segura. 

La recomendación principal en el caso de la vista es mantener la receta médica actualizada en el caso de tener espejuelos o lentes de contactos. A medida que envejecemos, nuestra visión se afecta, particularmente en horas nocturnas ya que las luces de otros vehículos afectan la claridad, y la visibilidad en la carretera, entre otras cosas. Si es este el caso de un conocido o familiar, evite dejarlos conducir en la noche o antes del atardecer. 

La audición, por su parte, ayuda a mantener la concentración en las actividades que se realizan al cunducir un vehículo de motor. La pérdida de la audición expone una disminución de una destreza esencial para la seguridad de los conductores mayores. 

Es probable que, con la pérdida auditiva, no nos percatemos sobre el peligro que se puede avecinar cuando se conduce un vehículo. Un bocinazo a tiempo puede salvar vidas, así como un ruido importante que el conductor advierta, entre otros. 

En resumen, la visita al especialista después de los 50 años es necesaria, para detectar cualquier anomalía auditiva o visual que le pueda minimizar las posibilidades de continuar conduciendo un vehículo de motor. 

  1. Nota cómo responde, se comporta y reacciona 

En muchas ocasiones el adulto mayor, pierde reflejos, se vuelve más lento en su forma de actuar, reaccionar y defenderse. 

Al identificar que la respuesta de un adulto es más pausada de la normal, se debe evitar, lo más rápido posible, conducir por vías de alta velocidad, como lo son las autopistas. Además, se recomienda coordinar con frecuencia una cita de chequeo con su médico de cabecera, para asegurarse de que el adulto no deba dejar de manejar por completo a consecuencia de algúna complicación de salud. 

¿Qué deben o pueden hacer los familiares para ayudarlos?

La familia es el soporte de los adultos mayores. Y todos queremos que se mantengan sanos y seguros.

Si en tu nucleo familiar, algún pariente de la tercera edad presenta conductas de distracción al conducir, o el automóvil de su familiar proyecta cada vez más golpes y rallazos en la pintura, es hora de hablar con el adulto para orientarlo y ayudarlo a transicionar, si se entiende necesario.

Aquí unos consejos que podrías seguir:

  • Hazle ver que se existen otras alternativas para movilizarse, más allá del carro propio. Planifiquen juntos las alternativas y hasta las rutas para facilitarle el proceso. También puedes ofrecerle información de los diferentes servicios de entrega al hogar para minimizar sus salidas solo. 
  • Si el adulto tiene dificultades al conducir, incentivarlo a hacer un curso de manejo defensivo, también es una opción.
  • Si se trata de enfermedades degenerativas como el Alzheimer o Parkinson, confirmar con su médico si realmente puede seguir conduciendo o no. Recuerda que ambas patologías pueden indicar si una persona mayor ya no debe guiar. 

La observación es una de las herramientas que más te ayudarán a entender qué sucede con el adulto mayor al volante. 

Asimismo, se debe determinar si la disminución en la capacidad de guiar radica en algún medicamento que ingiere, por dolores o incomodidad al volante, entre otros. Una comunicación efectiva que busque ayudar y no juzgar, dará buenos resultados.

Finalmente, hazle ver que para la familia, su seguridad es lo más importante y que todos los cambios que sean necesarios se harán con el objetivo de que siempre llegue bien a su destino. 

Seguridad Vial 360 es una iniciativa de metropistas para fomentar una cultura de manejo responsable en la carretera.