“Me llamo Tamara Rodríguez, nací en un pueblo de Venezuela llamado, Los Teques en el estado de Miranda… Llegar a Puerto Rico fue todo un reto, pero al estar aquí me di cuenta de que nació para mí una nueva oportunidad de vida”

Vía Empresarial

Empresaria: Tamara Rodríguez

Empresa: The Stop Fruits

Dejándolo todo atrás…

En Venezuela me crie, me eduqué y me formé como persona, mujer, madre, esposa y abogada. En el año 2016 tuvimos que huir de la crisis económica y político-social que atraviesa mi país e ir en busca de paz y seguridad para mí y mi familia.

Llegar a Puerto Rico fue todo un reto, pero al estar aquí me di cuenta de que nació para mí una nueva oportunidad de vida. No pude validar mis estudios, así que tocaba reinventarse y seguir adelante. Necesitaba poner comida en la mesa, pagar colegio, transporte, entre muchas otras cosas. Acepté todos los trabajos que me ofrecieron, trabajaba más de 18 horas al día, limpiando casas, cuidando niños de otros, cocinando, sirviendo etc. Estaba muy orgullosa de lo que hacía, porque soy una profesional y nunca hubo reto grande para mí. Todo lo que hacía, intentaba hacerlo bien, así fuese una cosa sencilla. Las personas siempre quedaban satisfechas con mis quehaceres y me decían que era excelente.

Compartiendo los exquisitos sabores de Venezuela con el público boricua

Un día, dije: “El próximo piso o baño que limpie será el de mi propio negocio”. Si soy capaz de trabajar 18 horas para otros, lo podré hacer para mí misma. Así nace la idea de tener un Truck que ofreciera jugos, batidas y frutas listas para llevar. Cuando la gente empezaba a conversar conmigo me decían: “tú no eres Boricua”, y yo les decía que era venezolana. Entonces nacía la magia y comenzaban a contarme sobre sus viajes a la Isla de Margarita, a Mérida y Caracas con gozo y alegría, y de las arepas tan ricas que llegaron a probar estando allá. Eso me inflaba el corazón y me llenaba de nostalgia saber que los Boricuas querían tanto a mi tierra natal. 

Entonces decidí dar en retribución, una parte de mi agradecimiento y traer un pedacito de mi tierra a todas aquellas personas que no podemos volver a Venezuela y que una vez conocimos y disfrutamos de ella, de su gente, de sus paisajes, de su comida y de su música.

Ha sido todo un reto, ya que no soy chef y mis cualidades culinarias se limitan a preparar comida para mi hijo y mi esposo, es decir lo cotidiano y simple. Pero si algo me caracteriza es ser mujer de grandes retos y para mí no existe lo imposible. Busqué información y leyendo un diario leí sobre el Centro Para Puerto Rico y sobre su fundadora, eso me dio fuerzas para postularme al programa que inició en enero 2020 y que culminó de forma virtual. 

Para mí se abrió un mundo de oportunidades, saber que hay tantas mujeres exitosas y luchadoras, con ganas de emprender y llegar al siguiente nivel, que no era la única, que no tenía que recorrer este camino sola, porque allí yacían muchas como yo, que tenían una oportunidad de iniciar cambios en su vida como mujeres empresarias.

“Esta isla del encanto me hechizó con su calor, con sus vientos, con sus palmeras y colores.”

Con suficientes ganas y esfuerzo, todo es posible

No ha sido un camino fácil, he tenido subidas y bajadas, obstáculos, desvíos, interferencias, pero lo más que he tenido, ha sido apoyo, a Dios en mi corazón, mi familia que me ama, mi esposo que nunca dudó de mí, personas que he conocido y se han hecho muy cercanas y optimistas a mi idea y clientes que se ha hecho amigos. Esta isla del encanto me hechizó con su calor, con sus vientos, con sus palmeras y colores. Me abrió sus brazos y me cobijó.

Vía Empresarial es una iniciativa de metropistas en colaboración con el Centro para Puerto Rico de la Fundación Sila M. Calderón